Pero antes que ellos nombren a la deidad, la deidad los nombra a ellos para que se arrepientan de sus males escondidos, si es que ellos reconocen sus pecados y no usan el juicio político como cortina de humo para encubrir sus iniquidades. A Dilma lo que es de Dilma, a Dios lo que es de Dios.

La algarabía es desbordante, el tiempo se detiene ante semejante acontecimiento, y no es menor, por fin hay un guiño hacia este lado, al fin la mirada es fija y a los ojos; a los ojos, como debe ser reconocido cualquier cristiano. El Air Force One arribó a la 1.10 am, los medios tienen de que alimentarse: el descenso del avión, el saludo de la comitiva, la moda de Michell, la frescura de la familia Obama.