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Que sigan llevando a cabo la labor más digna de todas

Con datos amargos y sueldos mediocres se celebró el día del maestro

Daniel Andrés Alvarado Lugo.  |  17 de mayo de 2016 (16:46 h.)
Tomada de El Espectador

El pasado 15 de mayo  se conmemoró el día en el que el papa Pio XII  en 1950 proclamó a San Juan Bautista de la Salle como guía de los educadores. Por Daniel Alvarado

El patrono, como lo nombro el  papá posteriormente, abanderó la idea de una educación  gratuita y  universal, que llegara a todos los sectores de la sociedad y no solamente a los de una clase privilegiada.

Después de 60 años  de la proclamación, Colombia aún sigue luchando por una educación gratuita y universal. Al docente, no se le brinda un verdadero prestigio,  esto entristece porque los maestros, formadores de  ciudadanos y profesionales, poseen una gran responsabilidad para el desarrollo del país; desde la educación en los primeros años de vida,  hasta  el aporte en la formación de maestrías y doctorados en años avanzados.

Recordando el pasado, la época del colegio, vienen a la mente recuerdos vagos de  profesores que nos hacían la vida cuadros, desde la clase de álgebra que a más de uno puso en aprietos , hasta la profesora o profesor que nos robó más de un suspiro.

Sin dudar, la labor docente es una de las más importantes, y a pesar de esta importancia que nadie niega, las condiciones laborales del país en la actualidad entristecen: el hacinamiento en las aulas de clase, el mal salario y los pocos incentivos para mejorar la calidad académica son algunas de las situaciones más notables.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un aula  de una institución pública en Colombia, en promedio, tiene 45 alumnos, esto es una situación muy preocupante ya que países como Ecuador  tienen 25 estudiantes por aula, lo que refleja el grado de hacinamiento de los estudiantes y el desgaste físico y mental que éste representa para el docente; esto sin contar con que algunos profesores trabajan doble jornada, mañana y tarde.

¿Qué nivel  de educación se puede esperar que reciba un estudiante al compartir un aula de clases con 44 compañeros y un docente?. Esto imposibilita al país brindar un nivel académico deseable en las instituciones públicas, Colombia está lejos de ser la más educada de América Latina, promesa que hizo el presidente Santos en  su posesión. No sorprende que en las pruebas PISA, Colombia ocupe en reiteradas ocasiones los últimos puestos. Según el último informe realizado, nuestro país fue el peor situado en la tabla.

Frente al salario, el gobierno se sigue rajando, aunque en  enero del presente año la ministra de educación Gina Parody anunció un incremento salarial del 9%, el magisterio considera  que éste no es suficiente para suplir todas las necesidades de un maestro.  Lo mínimo que puede llegar a recibir un educador  con un titulo universitario es  $1’146.000  y  lo máximo, en escalafón 14 es $3’120’336. El docente dura 5 años haciendo una licenciatura,  mas otros 2 realizando una maestría y, alrededor de 8 semestres para  culminar un doctorado. Toda la vida estudiando para un módico sueldo.

Sin embargo, la ministra Parody, expresó en público que un profesor gana alrededor de $2’500.000, cifra que la puso en aprietos frente al paro nacional docente que se llevo a cabo el año pasado. Reiterando las cifras,  la mayoría de los docentes se ganan no mas de $1’200.000.

La labor de un maestro no puede reducirse a la vocación. Su papel, uno de los más importantes de la sociedad, debe ser retribuido de la mejor manera conforme a sus estudios, méritos académicos y experiencia. El día del maestro debe celebrarse, aunque con datos amargos y sueldos mediocres, la existencia de seres humanos dignos de todo nuestro reconocimiento.

Que sigan llevando a cabo la labor más digna de todas, profesión que lleva impregnada el sello de la esperanza para este país y que sigan luchando, así como nos han enseñado, por su futuro laboral y por las mejores condiciones para educar a las generaciones venideras. ¡Feliz día, maestros!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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