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Despiertas una mañana escogiendo entre soñar o amar, pero amas tus sueños, y sueñas cada noche con tu amor, la vida no puede ser tan radical.

Despertarse una mañana

Iván García Laverde  |  26 de febrero de 2017 (13:44 h.)
Tomado de: Tomado de: https://goo.gl/TlK1tQ

Esta obra combina el amor y los sueños como un éxtasis de sensaciones, va y viene entre la música y la fotografía haciendo que algunas de sus escenas parezcan a la vez un cuadro impresionista y un álbum de jazz.

Por: Iván García

“…Yes, all we're looking for is love

From someone else...

 - A rush, - A glance, - A touch, - A dance,

To look in somebody's eyes, To light up the skies,

 To open the world and send me whirly,

 A voice that says, I'll be here,

 And you'll be alright…”-  City of stars (Pasek & Paul)

La preferida de los globos de oro, La ciudad de estrellas, sale a escena hoy en la alfombra roja de los premios más prestigiosos de Hollywood: Los Oscar. Aparte de llegar como favorita para la gran mayoría del público, es el primer musical en llegar a tantas nominaciones, empatando a Titanic con catorce nominaciones, incluyendo mejor director, mejor actriz y actor de reparto. Ha sido una grata sorpresa encontrarse con una película como ésta en estos tiempos, donde el mundo se empeña en hacer las cosas mal, basándose en el odio o la intolerancia, a continuación, un trabajo dedicado al magnifico arte contenido en este esfuerzo de Damien Chazelle y su reparto por mostrarnos una parte bella de la vida.

La La Land es una película como ninguna desde cualquier punto de vista, es un film tan trascendental como excéntrico viniendo de un mundo como Hollywood. Esta obra combina el amor y los sueños como un éxtasis de sensaciones, va y viene entre la música y la fotografía haciendo que algunas de sus escenas parezcan a la vez un cuadro impresionista y un álbum de jazz. Sin embargo, aún con los innumerables detalles que resguarda la película, su gran proeza reside en lo que expresa… Pasión, creer que tenemos la posibilidad cada uno de hacer historia con nuestros sueños, que la realidad es un cuento que día a día se escribe con la vehemencia de nuestros actos, que el amor siendo tan infravalorado como es ahora puede ser para siempre porque depende de nosotros.

Sin saberlo, Emma Stone refleja sus mejores talentos en la interpretación de Mia. Distraída, tierna, espontánea y sutil, su actuación es natural, clara al punto que sus gestos riman con la misma melodía de su voz, con su mirada perdida en los estudios de Hollywood, soñando a diario llegar a ser algún día actriz. Mia sensibiliza la vista de cualquier espectador, una perfecta rebelde sin causa mostrando su mejor sonrisa al mundo, en su fuga de lo inaceptablemente real. Sebastian, (the soulmate) es equivalentemente apasionado y soñador, con una picardía de terco, frío e indiferente; un pianista de jazz que al mismo tiempo que Mia encienden la película en su mejor espectáculo, pintan la vida como un carrusel de cuatro estaciones que te sube y baja de un cielo estrellado, un amor lunático o un frívolo fracaso.

Ambos papeles en la película son fascinantes; profesional y artísticamente, sumergen a las personas en su propia fantasía, su auténtica pasión se desenvuelve al mismo tiempo que los grandes caos en sus vidas, de esa manera el director logra crear un mundo tan magnífico como cruelmente real, justo como lo vivimos, justo como lo sentimos… Además, hay que ser un cínico insensible, escéptico de cualquier esperanza para no tener una remota ilusión de amor en la vida, y es irónico como incluso dichas personas también llegan a su punto de quiebre respecto al romance. En suma, la historia de La La Land conduce a un reflejo inductivo de la naturaleza de muchas personas, convierte las pasiones en música, los sueños en este arte de semblantes, al punto de conectar casi con cualquier observador.

Damien Chazelle logra una obra que trasciende de sí misma y se convierte en un propio mundo una vez que empieza a entrar a la memoria de quienes la hemos visto. “Im always gonna love you (too)” es una de las consignas más importantes del film, se convierte en una línea a partir de la cual la verdad se une con la ficción y la película se convierte en un trago agridulce para cualquier enamorado, o cualquiera con ganas de serlo. Persiguiendo sueños, siguiendo un camino de estrellas, puede darse que muchas veces el sacrificio sea mayor que la victoria.

Una vez se ve lo que el tiempo y la distancia hacen con el amor, incluso siendo consciente de que es una película, la congoja invade, empieza de nuevo el invierno y algo dentro con el pulso de un segundero empieza a decirte que te estas rompiendo: nostalgia. Los últimos cuarenta minutos de la película son eso, una nostalgia que roza la tristeza, contante y sonante. Supongo… Todos tenemos que pagar un precio, un esfuerzo por ver realizados nuestros deseos. De pronto, empieza a invadir un pasado que tiembla con cada memoria devuelta al presente en los acordes suaves de un piano cuidadosamente calibrado, mientras recuerdas los besos y las noches con una mirada, entonces ya nada puede estar tan perfecto como lo soñaste.

Al final queda un adiós impronunciable con un minúsculo vació en el roce de sus miradas, un cuento de hadas más, expuesto junto al gran cuadro de la vida real, efímero y disonante para el carmín de sus pasiones, pero mucho más realista que cualquier final de romance. Despiertas una mañana escogiendo entre soñar o amar, pero amas tus sueños, y sueñas cada noche con tu amor, la vida no puede ser tan radical.

THE END

PD : Gracias a todas las personas que colaboraron con su opinión para la creación de este texto.

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