El paro de trabajadores que arrancó el pasado lunes en cabeza del Comité Pro-mejora Salarial es el cuarto desde 2012 (uno en 2012 y dos en 2013) que surge, según los trabajadores, del incumplimiento a los acuerdos suscritos el 20 de septiembre de 2013 entre el Comité y directivas de la Universidad, acuerdos que contaron con el visto bueno de la Mesa de Seguimiento los Acuerdos compuesta por estudiantes, profesores, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Educación, Procuraduría, entre otros para llevar a buen término el cese de actividades que duró cerca de un mes.

Existen por lo menos 3 grandes puntos que se deben tener en cuenta en este nuevo paro, que en términos generales, es la continuación de los pasados Por una parte, la exigencia de que los cargos de libre nombramiento y remoción discutidos en los acuerdos pasen a ser de carrera administrativa; por otra parte, se reclama que el cumplimiento del incremento salarial, según se firmó en el compromiso pasado, se hizo de forma inequitativa y afectó un sector de los trabajadores beneficiando cargos de nivel directivo; y finalmente, hasta el momento no hay comunicación entre el Comité Pro-Mejora Salarial y las directivas, lo que puede seguir afectando el curso normal de las clases.

Frente a lo primero, el Comité ha señalado las directivas de la Universidad se comprometieron a la devolución inicial de nueve cargos, y surtir los trámites necesarios, otros 130 de libre nombramiento y remoción a la planta de personal administrativo. Según los trabajadores, ni los nueve cargos, ni los 130 restantes, cuentan con actos administrativos que los reubiquen a la planta de cargos de carrera administrativa. Se cumplió con la derogación de una norma que facultada al Rector para modificar la planta de trabajadores libremente (exigido en el último acuerdo), pero tal facultad se otorgó al Consejo Superior Universitario (CSU), situación que genera malestar entre los trabajadores pese a que se creó una comisión consultiva.

Por otra parte, los trabajadores no están buscando un aumento salarial y sobre el tema no parece haber discusión. Los trabajadores han reclamado que el reajuste salarial realizado por la Universidad se hizo de manera arbitraria, sin contar con el concepto previo de la Comisión Nacional de Carrea Administrativa (CNCA), ni la de los trabajadores a beneficiarse. El Vicerrector de la Universidad le aseguró a CiudadBlanca que en ningún momento se acordó un reajuste paralelo a los trabajadores del 30%, como han señalado algunos sectores, sino un reajuste salarial dependiendo del rezago del sueldo según tres criterios: el salario devengado según la inflación; un reajuste en comparación con cargos similares en otras entidades públicas y finalmente, según la competitividad que tienen estos cargos al interior de la Universidad. Según el Vicerrector, este es un aumento ponderado que llega al 25,12% para el personal administrativo e insiste en que la fórmula de ajuste salarial aplicada es ponderada y equitativa pues busca evitar diferencias sustanciales en el aumento del salario.

En conversación con esta Revista, el Vicerrector reconoció que el reajuste salarial se estableció con los criterios señalados anteriormente de manera unilateral. El reajuste se ejecutó mediante las resoluciones No. 1451 de 2013, 220, 221 y 222 de 2014 de la Rectoría, además, que las tablas salariales definitivas se conocieron hasta la sesión del CSU que terminó aprobándolas. En el mismo sentido, no se contó con el concepto de la CNCA según la respuesta (17 de enero de 2015) al derecho de petición interpuesto por los trabajadores en 2014, en que las directivas de la Universidad señalaron que es la propia CNCA la que estimará “conveniente la fecha en la cual analizará el asunto y emitirá un concepto”. Hasta la fecha no se tiene reporte de que se haya emitido tal concepto.

En este punto, los trabajadores han señalado que de los recursos girados para solventar la situación salarial se incluyeron funcionarios que no se encontraban contemplados en la petición original. Es decir, según las tablas salariales que conocieron los trabajadores, existió un aumento salarial en cargos del nivel directivo como el Rector, Secretarios de Sede, Decanos y otros funcionarios, mientras que del  mismo acuerdo, el incremento salarial de los trabajadores movilizados no superó la mitad del salario mínimo, ni se mejoraron las condiciones salariales de los profesores del IPARM y otros trabajadores oficiales.

Respecto a los profesores del IPARM el Vicerrector afirma que son las normas del magisterio las que los rigen y la Universidad no tiene la potestad, ni la capacidad, de  mejorar sus condiciones salariales a menos que se cumplan distintos trámites administrativos por parte del Gobierno. Según las directivas, no habrá incremento para los profesores del Colegio en el corto plazo.

Finalmente, la mesa de seguimiento a los acuerdos creada en último acuerdo no existe, o por lo menos, no está presente. Antes del paro, los trabajadores solicitaron reiteradamente a las directivas de la Universidad (en comunicación electrónica del 7 de marzo, 25 de noviembre de 2014 y 16 de marzo de 2015) que convoque a la Mesa de Seguimiento para buscar manifestar sus inconformidades respecto a la forma en que se cumplieron los acuerdos logrados en 2013. Sin embargo, el Vicerrector ha mantenido que no conversará con el Comité Pro-Mejora Salarial sino no se realizan acercamientos por intermedio de los sindicatos reconocidos como tal por la Universidad con el fin de no desconocer la función del sindicato y mantener el respeto por la institucionalidad.  

De hecho, CiudadBlanca conoció que el día de hoy, los representantes legales de los tres sindicatos de la Universidad estaban convocados a una reunión con las directivas de la Universidad para instalar las respectivas mesas de negociación sobre pliegos de peticiones elevados en días anteriores. De este modo, es poco probable que en esta reunión se hable de la situación del Comité y por el momento no existen canales funcionales de comunicación entre los trabajadores y las Directivas de la Universidad.

La movilización de trabajadores ha implicado la toma de ciertos edificios y afectado el curso normal de las clases. Según los voceros del Comité, no se bloqueará la Universidad en su totalidad. Los bloqueos continuarán, pero se harán de manera selectiva y previo dialogo entre los trabajadores, con el fin de no afectar la totalidad de actividades en el Campus pero  manteniendo la presión sobre las directivas para que acceda a entablar un dialogo. De esta forma, las clases podrían realizarse de forma intermitente sin tener certeza sobre su común desarrollo.