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Diego Cortés Valencia

Que las ramas no nos impidan ver el bosque: a propósito de la infraestructura de la UN

Estudiante de Economía. Representante Estudiantil ante el Consejo de Sede Bogotá y ex Representante ante el Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas. Coordinador del grupo de trabajo de coyuntura económica Contrapuestos y miembro del grupo de trabajo Avanza UN. Activista político de la Organización Colombiana de Estudiantes, OCE, y del Polo Democrático Alternativo.

Diego Cortés Valencia | 05 de mayo de 2016

Foto Radio Santa Fe

El pasado mes la Universidad Nacional Sede Bogotá presenció la apertura del nuevo edificio de la Facultad de Enfermería y de los primeros servicios del Hospital Universitario Nacional. Por ello, queremos aprovechar esta oportunidad para transmitir algunas ideas que consideramos de gran importancia.

Es motivo de orgullo para la comunidad académica ver el fruto de décadas de lucha y de movilización de estudiantes, profesores, egresados y padres de familia para exigir el tan necesario Hospital Universitario.  

Sin embargo, la inauguración de la primera fase del HUN deja muchas inquietudes. Aún falta construir el 75% del Hospital y para los próximos 3 años sólo hay $15 mil millones  (asignados a estudios), cuando el proyecto de segunda fase cuesta más de $400 mil millones. Tan poca importancia le da la administración a esta fase, que ni siquiera aparece como proyecto en el Informe de Infraestructura de la sede del 2016 [1]. A esto se suma la amenaza de enajenación de los predios destinados a la segunda fase por cuenta del Proyecto de Renovación Urbana del CAN de Santos y Peñalosa. Este proyecto está como primero entre las prioridades del Plan de Desarrollo del Distrito [2].

Respecto al recién inaugurado edificio de Enfermería, el aporte directo del Gobierno fue menor a la tercera parte de lo que costó su construcción [3]. Es vergonzoso que el Ministerio aparezca como salvador cuando realmente está incumpliendo su deber de financiar a la Universidad y por el contrario, solo le ofrece recursos inciertos como la Estampilla y el impuesto CREE (próximos a ser eliminados por la reforma tributaria), forzando a la UN a buscar lucro de sus funciones misionales. Además, la construcción presentó cerca de $13 mil millones de pesos en sobrecostos [4] sobre lo cual no hay mención alguna. Finalmente, ante esta nueva obra queda la duda sobre el futuro que le deparará a la torre de Enfermería, que en 2013 se proponía su demolición total, y a 2016 solo se proyecta demoler el ala oriental [1] [4] ¿ya no representa ningún riesgo acaso?

Las directivas antes que dejarse deslumbrar por las migajas del Gobierno Nacional deberían atender con seriedad los graves problemas en que se encuentra la sede Bogotá. Los estudiantes de Arquitectura siguen fuera del campus porque su edificio fue demolido y no hay certeza de construir uno nuevo pronto, Artes Plásticas debió cerrar varios salones y se está cayendo sobre sí mismo, se están dañando las colecciones biológicas en el Instituto de Ciencias Naturales debido a las goteras, el ala norte del edificio de Biología se partió en dos, reaparecieron las goteras en la -hace poco intervenida- Facultad de Derecho, entre muchos otros problemas de infraestructura.

El presupuesto de inversión que destina el Gobierno Nacional es insuficiente e inestable lo cual impide ejecutar las intervenciones que requiere la sede. Las reparaciones locativas y el reforzamiento de varios edificios realizados el pasado año requirieron de los recursos destinados para inversión,  los cuales provenían un 40% de autofinanciación [5], es decir, se recortó la investigación, el bienestar, entre otros, para hacer dichas reparaciones y reforzamientos [4]. Mientras Santos profundiza la desfinanciación y el presupuesto funciona como una cobija chiquita donde si se cubre la cabeza quedan descubiertos los pies,  Mantilla y Hernández, prefieren auto halagarse y así omitir la grave situación de la UN.

Que las ramas no nos impidan ver el bosque. De ningún modo la nueva infraestructura le permite a esta administración abandonar, hasta las ruinas, el patrimonio cultural y arquitectónico de la ciudad universitaria. Necesitamos que la rectoría y la vicerrectoría dediquen más tiempo a hacer las exigencias necesarias al Gobierno Nacional para mejorar el campus de manera integral y menos en auto halagarse, mientras el conjunto de la sede se desmorona por la desidia del gobierno de Santos.

[1] Avance de proyectos. Dirección de Ordenamiento y Desarrollo Físico. Abril 22 de 2016.

[2] Proyecto del Plan Distrital de Desarrollo “Bogotá Mejor para Todos 2016-2019”.

[3] Ver: http://www.mineducacion.gov.co/1759/w3-article-356860.html

[4] Plan de Infraestructura 13-21 Sede Bogotá. Dirección de Infraestructura. Vicerrectoría de Sede.

[5] http://gerencia.unal.edu.co/fileadmin/docs/Presupusto/Proyecto_Presupuesto_2015-_Aprobado_CSU.pdf

 

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